miércoles, 19 de agosto de 2015

Ataque

Los dinosaurios atacaban de distintas maneras según su tamaño. Los cazadores pequeños confiaban en la velocidad y en sus afilados dientes para atrapar y matar a su presa. Los carnívoros mayores utilizaban la fuerza bruta y garras afiladas. Algunos, incluso, acosaban a sus víctimas en manadas.

Los herrerasaurios fueron unos de los primeros cazadores capaces de perseguir y matar a una pieza de caza mayor. También son unos de los dinosaurios más primitivos que se han descubierto hasta ahora. La mayoría altos como un hombre y armados con afilados dientes puntiagudos, tuvieron que ser unos enemigos extraordinariamente pavorosos. Tenían largas y ágiles patas traseras y podían perseguir a su presa y alcanzarla.

Los pequeños cazadores, significa celurosaurios dependían de la velocidad para matar a una presa. El más veloz fue, probablemente, el Ornithomimus, que se alimentaba de lagartos e insectos. Podía perseguir a sus presas a la asombrosa velocidad de 80 kilómetros por hoja, superior a la de un caballo o un galgo, los dos de carreras. Era presa de los grandes cazadores, y sólo su velocidad le permitía dejarlos atrás. Los compsognátidos, cuyo único representante era el Compsognathus, también eran dinosaurios de movimientos rápidos que atacaban a sus presas a gran velocidad.

No todos los dinosaurios carnívoros eran cazadores. Los ovirraptorosaurios, que significa reptiles ladrones de huevos, necesitaban otras armas para conseguir su comida. En lugar de hileras de afilados dientes para desgarrar la carne, algunos no tenían dientes y otros tenían dos púas en el paladar. Con las púas o el duro pico, rompían los huevos que robaban a otros dinosaurios.

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